Los ingresos que se consideran viables a través de la prostitución son enormes, sobre todo en Europa. Sin embargo, esto ha presentado problemas por la forma en la que se ve, originalmente, a una prostituta. Y es que hoy día, ha sido considerada, especialmente, a los ojos de la sociedad entera, un empresario privado que paga impuestos, como alguien más, pero con una profesión bastante particular.
La prostitución se conoce como la profesión más antigua, y ha sido el pilar del sexo en todos los continentes, ya sea por el porno, los servicios, o el sexo gratis como tal. Lo que sí es cierto, es que la demanda de esta profesión sigue intacta a través del tiempo, y el continente europeo se ha dado cuenta que es inútil ir en contra de esto, y que el sexo, hoy día, debe ser legalizado.
Como en varios países de Europa, en Países Bajos ocurre lo mismo con las prostitutas: su vida es realmente compleja. Los extranjeros que consumen sus servicios no pueden imaginar cuán difícil es para ellas, aun cuando la sociedad europea se considera –tolerante- con este hecho, y que, de alguna forma, es tolerante con los derechos de los trabajadores del sexo.
De hecho, las prostitutas, aunque no parece, pagan impuestos a nivel de empresarios, tan altos que el Estado tiene un aliciente lucrativo enorme, como si fuesen, de alguna forma, actrices de moda.
Resulta complejo hoy día tener relaciones sexuales por dinero, sin embargo, hay quienes todavía luchan por sus derechos, en tal caso de escoger este tipo de vida.
El número de trabajadores de este campo crece exponencialmente, y para nadie es un secreto que las noticias, aun cuando crecen por disposición propia, ocultan este hecho. Si bien las mujeres son mayoría, los hombres también representan un alto porcentaje, aun cuando los diarios y televisión prefieren imprimir o emitir noticias de salud o de cualquier hecho alterno.
Un problema, además, es la edad en la que se puede desempeñar esta labor. Y
es que actualmente es de 16 años, y se quiere, por fin, elevar a 18 años. El problema de esto, básicamente, es no conocer las leyes de Europa, y es por esto que han venido presentándose casos de riesgo de cárcel para personas que disfrutan de estos servicios.
El mundo del sexo y el porno en Ámsterdam también se hace muy curioso, porque se vincula de varias formas a eventualidades ilícitas como las drogas, lavado de dinero o coacción de mujeres, que representa un tiempo de cárcel muy prolongado, y en el que son acusados muchas personas a razón del tiempo.
Sin embargo, hoy día los propietarios de los burdeles en esta ciudad tienen licencia para cumplir su trabajo, es decir, se han trasformado en una institución privada, aun cuando la policía todavía tiene control sobre ellos, y en el tráfico de clientes que generan.
La prostitución es también un trabajo, y hoy día en Alemania es considerado como tal: no es peor que ser chef o profesor, es simplemente trabajar con el sexo.