Corea del Norte está barajando la posibilidad de conversar directamente con los Estados Unidos para poder poner punto y final a la crisis entre los dos países por el programa nuclear y balístico norcoreano y las sanciones impuestas desde Estados Unidos a las empresas del Norte, que justamente fueron ampliadas esta semana.
Después de la reunión sorpresa que mantuvieron el mandatario Moon Jae-in con el jefe de la delegación norcoreana para la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Invierno PyeongChang hicieron saber la decisión de la posibilidad de diálogo directo con EEUU.
El portavoz de la Casa Azul, Kim Eui-kyeom ha hecho saber que “el presidente Moon señaló que el diálogo entre EEUU y Corea del Norte debe ocurrir en una fecha temprana, incluso para mejorar la relación entre Corea del Sur y Corea del Norte y la resolución fundamental de los problemas de la península coreana”.
Ha añadido que “la delegación de Corea del Norte también acordó que las relaciones entre Corea del norte y los Estados Unidos deben desarrollarse junto con la relación entre corea del Sur y Corea del Norte, y (el Norte) tiene la intención de mantener el diálogo entre Corea del Norte y Estados Unidos”.
El encuentro fue duradero, siendo la segunda reunión de Moon con los funcionarios norcoreanos en tan solo unas dos semanas. Celebró conversaciones el 10 de febrero con una delegación liderada por el jefe ceremonial de Corea del Norte, que incluía también a Kim Yo-jong, la hermana del líder norcoreano, Kim Jong-un.
Se desconoce si asistió Ivanka Trump, la hija del presidente Donald Trump, que ejercía como representante especial estadounidense en la ceremonia de clausura.
Mientras se están produciendo protestas en Corea del Sur
Mientras tanto, diputados y activistas conservadores surcoreanos se han concentrado en la frontera con Corea del Norte para protestar contra la llegada de Kim Yong-chol, que está acusado de haber participado en una operación para hundir un buque de guerra surcoreano en 2014.
El partido opositor Partido de la Libertad de Corea acusa al Gobierno surcoreano de perpetrar un abuso de poder y un acto de traición, redirigiendo la caravana para protegerla de la protesta.
La llegada de Kim Yong-chol ha enfurecido a las familias de los marineros que murieron en el ataque al buque con torpedos, provocando una protesta que amenaza el acercamiento que Seúl quiere crear enlo que ha llamado los Juegos de la Paz.
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